Julia Volk

El II Estudio de Salud Mental LGBTIQ+, realizado por la organización Más Igualdad, analiza el impacto de la violencia en la salud mental de las personas LGTBIQ+ en Perú.

El informe presenta cifras preocupantes sobre diversos tipos de violencia enfrentados por la comunidad, desde la discriminación hasta las terapias de conversión. Un total de 1,267 personas LGTBIQ+ de diferentes regiones del país participaron en la encuesta, cuyos resultados destacan dos puntos claves: las personas bisexuales son menos visibles y las personas trans las principales víctimas de violencia.

El 38% de las personas encuestadas reportó haber recibido preguntas inapropiadas o atención sexual no deseada, mientras que el 31% afirmó haber sufrido violencia sexual al menos una vez en la vida.

En términos de salud mental, el estudio muestra que el 80% de las personas trans y el 71% de las personas no binarias sienten angustia de forma frecuente por vivir en un país que no reconoce sus derechos. Además, el 27% del total de las personas entrevistadas expresó sufrir afectación emocional constante por el distanciamiento de sus familiares o seres queridos debido a su visibilidad como personas LGTBIQ+.

De manera similar a otros estudios internacionales, un porcentaje significativo de la comunidad LGTBIQ+ en Perú enfrenta problemas de salud mental vinculados a la discriminación. El 38% de las personas entrevistadas ha recibido un diagnóstico de salud mental. Estos números se incrementan en personas trans (54%), bisexuales (45%) y no binarias (55%).

El informa también aborda las “terapias de conversión”, prácticas pseudocientíficas y comúnmente de base religiosa que buscan cambiar la orientación sexual o identidad de género de las personas. Según los datos, el 23% de la muestra fue sometida a este tipo de prácticas, ya sea de manera voluntaria (11%) o forzada (15%). Entre quienes vivieron esta experiencia, el 71% reporta problemas de salud mental, y el estudio encontró una relación directa con un mayor riesgo de pensamientos suicidas y consumo problemático de sustancias.

La publicación de este informe resulta especialmente relevante en el contexto actual. El 2024 estará marcado por el controvertido Decreto Supremo del Ministerio de Salud de Perú, que clasificaba a las personas trans como «enfermos mentales». Además, sigue pendiente la inclusión en la Ley de Salud Mental la prohibición y sanción de las terapias de conversión, a pesar de su impacto negativo comprobado.

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